Los Púlsares

Estrella de Neutrones
Al igual que todo ente, orgánico o inorgánico del universo, es lógico considerar que también las estrellas siguen el proceso de nacer, desarrollarse y morir. Se deben dar las condiciones necesarias para el nacimiento de una estrella; es decir, condiciones de masa, presión y temperatura que se necesita para que se inicie la fusión nuclear. En la primera etapa, la estrella esta compuesta de hidrógeno, el cual se va fusionando para generar helio. En la siguiente fase tiene lugar la combustión del helio, el diámetro de la estrella aumenta y también su luminosidad. La estrella va en camino de convertirse en gigante roja. Después de la combustión total de helio en las estrellas de masa superior a 1.5 veces del Sol, se inicia la combustión del carbono. Esta combustión va acompañada de una gigantesca explosión durante la cual la estrella pierde sus capas exteriores. Lo que resta de la estrella antigua continúa concentrándose hasta quedar en una enana blanca. Entre las que tienen masas equivalentes a 1.5 a 2.5 veces la del Sol, a las reacciones de fusión de carbono les siguen las de fusión de oxígeno. En ellas la estrella continúa contrayéndose, pero su temperatura central no es ya suficiente para que se desarrollen nuevas reacciones nucleares. La materia de la estrella se encuentra en un estado físico muy especial: está constituida enteramente por neutrones. Su radio no excede de algunas decenas de kilómetros y la densidad en su centro es de unos 1.000 millones de toneladas por centímetro cúbico. Son las llamadas estrellas de neutrones.

Púlsares
Los púlsares (pulsating radio source) se consideran estrellas de neutrones en rápida rotación y con un potente campo magnético. El primer púlsar fue descubierto en 1967 y en la actualidad se han detectado muchos en nuestra galaxia. Se caracterizan por la emisión de ondas de radio a intervalos muy regulares con un período no superior a cuatro segundos. El púlsar de la nebulosa del Cangrejo, por ejemplo, tiene un período de 33 milisegundos.